Todos los pilares de la cocina de California (local, fresca, de la granja a la mesa) se muestran en todo su esplendor en el Valle de Temecula, que tiene fácil acceso a productos locales como aceitunas (y el aceite de oliva derivado), lácteos, productos agrícolas y, por supuesto, uvas para vino.
Cualquier exploración gastronómica debe comenzar en la Ciudad Vieja evocadora. Pruebe la comida rústica y real con un toque campestre en The Goat & Vine, donde la pizza es una especialidad. Los ingredientes frescos se reúnen en una deliciosa variedad de tartas, como carnitas de lima y jalapeño o filete y gorgonzola, cocinadas en un horno de piedra.
En el cercano E.A.T. Marketplace puede comenzar el día con un café y un batido de pastel de calabaza, luego regresar para cada comida preparada con cuidado y terminar el día con una cazuela vegana y brownie de paleo. La Ciudad Vieja se enorgullece de utilizar ingredientes libres de pesticidas y de antibióticos de las granjas y los proveedores locales. También exhibe carnes procesadas de los aclamados Diestel Family Ranch y Niman Ranch de California.
La comida mexicana en Temecula incluye una pizca de historia en The Bank. El edificio, que comenzó a construirse en 1913, de hecho comenzó como un banco que fue el lugar del primer atraco del país, en 1930, y continuó operando hasta la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad puede visitarlo para probar sus platos mexicanos favoritos, desde burritos hasta quesadillas o una copa de elote.
Escondido en una calle lateral se encuentra Le Coffee Shop, una auténtica experiencia de la culinaria francesa. Esta cafetería/panadería ofrece un desayuno y almuerzo tradicional francés, así como pastelería casera. Su tradicional tostada francesa o Pain Perdu es un favorito del lugar.
Para comida de pub exclusiva combinada con cócteles y cerveza artesanal, diríjase a 1909. Un antiguo puesto comercial, un establo y una tienda de coches, y un turbulento bar en la década del 1970, el pub gastronómico ofrece opciones como empanadas de cangrejo y camarón y hamburguesas de búfalo, además de los cócteles de la casa como Cedar-Smoked Old Fashioned.
Para cenar en el exterior entre las vides, diríjase unos pocos kilómetros hacia las afueras de la Ciudad Vieja en las profundidades de la región del vino. En The Restaurant at Leoness Cellars, opciones como róbalos al Buerre Rouge incluyen técnicas francesas y se combinan bien con las botellas de la bodega del lugar, como el Mélange añejado en roble o el Merlot blanco.
O maximice el paisaje de viñedo en The Pinnacle Restaurant at Falkner Winery. En la cima de una montaña, el restaurante cuenta con vistas panorámicas junto con platos como salmón al pesto y pollo mediterráneo, y, por supuesto, acompañamientos deliciosos de la bodega.