Este complejo turístico del Valle del Río Ruso es reconocido por su restaurante con estrellas Michelin, Farmhouse, que atrae seguidores internacionales que aman la comida “de la granja a la mesa”. Dentro de una granja de madera restaurada de 1873, el chef en jefe Steve Litke prepara platillos de productos cosechados en el momento óptimo del repertorio agrícola de Sonoma.
Sin embargo, la Farmhouse Inn ofrece mucho más que platillos refinados: el complejo turístico cumple con todos los requisitos de una escapada de lujo. Veinticinco habitaciones elegantes, incluidas ocho cabañas con saunas secos decorados en estilo boscoso chic con muebles de lino blanco, flores recién cortadas, patios privados y estufas de gas de dos vías que calientan espacios interiores y exteriores. La tasa de conserjes a huéspedes es de uno a cinco, de modo que su caprichos se cumplirán por completo. (Pida a su sommelier personal abastecer el refrigerador en su habitación de lo que plazca a su paladar.) Las conexiones de Sonoma con la posada son sólidas: Farmhouse es propiedad de de la quinta generación de la familia vitivinicultora Bartolomei, así que se le darán la bienvenida como una persona importante en sus 23 bodegas asociadas. ¿Necesita un chófer para una excursión de degustación de vino? Envíe un mensaje de texto y un chófer lo recogerá en un Tesla.
Si prefiere no abandonar la propiedad, lo entenderemos. Escoja entre una variedad de jabones artesanales de cortesía en la oficina principal, luego deléitese en la bañera de hidromasaje de su habitación, o sude sus preocupaciones en su baño de vapor o sauna. Haga una cita en el Spa de servicio completo en Farmhouse, que ofrece un espectro de tratamientos orgánicos que utilizan hierbas, miel y manzanas cosechadas en la propiedad de 2.4 hectáreas. ¿Se siente fatigado? Consiga un levantamiento de ojos, luego tome una siesta biótica, que simula cuatro horas de sueño en 30 minutos.
Una vez que se haya refrescado, zambúllase en la piscina con calefacción o recorra los terrenos cubiertos de flores de la posada. Por la noche, siéntase libre de rondar por las fogatas mientras tuesta s’mores de chocolate oscuro, pero no exagere. Guarde espacio para lo que pudieran ser las mejores galletas de chispas de chocolate del mundo que le entrega la recamarera en su habitación.
