Un cuento de hadas hecho realidad; esta aldea remota tiene residencias victorianas cuidadosamente conservadas, un deleite visual y arquitectónico. En una mañana tranquila con niebla o en una tarde soleada, pasee por Main Street para ver edificios con todas sus exquisiteces ostentosas; muchos de estos edificios hoy son alojamientos, chocolaterías artesanales, galerías y tiendas de arte. (Las fiestas son especialmente mágicas, ya que los lugareños decoran con luces brillantes todo y hay carruajes a caballo que dan paseos por la ciudad).
"Pero no, no se trata de una fachada solo como parte de un espectáculo."
Pero no, no se trata de una fachada solo como parte de un espectáculo. Ferndale es una ciudad muy trabajadora, los inmigrantes de procedencia escandinava, suizo-italiana y portuguesa que se asentaron en esta comunidad alejada a mediados de 1800, llegaron aquí por el auge de la industria láctea. Lea sus nombres en el cementerio de Ferndale de 1868, uno de los sitios de entierro más hermosos del estado. Disfrute de las amplias vistas de la ciudad de una milla cuadrada (menos de tres kilómetros cuadrados). Deje que sus ojos sigan el oeste del río Eel hacia el mar, a cinco millas (ocho kilómetros) encontrará una vista que ha cambiado poco desde que aquellos inmigrantes llegaron hace tantos años.