El mapa de Los Ángeles está compuesto por sensacionales hitos. Desde el letrero de Hollywood hasta el Getty Center todos los lugares están conectados por famosas calles y carreteras. Sin embargo, si toma cualquiera de las calles laterales puede encontrar un tesoro escondido de placeres no tan conocidos.
En efecto, “uno puede ir manejando y no saber que está pasando por Thai Town”, explica el chef Jet Tila, honorable alcalde de ese barrio quien es también conocido por su participación en Iron Chef America y en The Best Thing I Ever Ate. Tila participó como invitado en el último episodio de la Transmisión multimedia California Now, en la cual él junto con otros dos expertos angelinos, compartió sus tesoros escondidos favoritos.
A Tila, le encanta oficiar de guía de los turistas que pasean por Thai Town, un lugar situado a seis cuadras del Hollywood Boulevard y en donde se encuentra la comunidad más grande de tailandeses fuera de Tailandia. Tila contó al presentador Soterios Johnson sobre uno de sus invitados favoritos de todos los tiempos: el gran y recordado Anthony Bourdain y dio detalles de cómo explorar el área en la actualidad.
“Es el mejor lugar para probar comida tailandesa en todo Estados Unidos”, cuenta Tila, y recomienda que la excursión gastronómica comience en Silom Supermarket, donde bien temprano por la mañana uno puede “ver una procesión de monjes en búsqueda de sus tazones con limosnas para la comida del día”. Desde allí, puede ir a probar el café cremoso tailandés a Sapp Café, comer una rica ensalada de papaya en Ruen Pair, tomar una deliciosa sopa típica tailandesa en Pa Ord o probar frituras de coco en Bhan Kanom Thai. “También puede probar un masaje tailandés, disfrutar de la música tailandesa o de las revistas tailandesas”, expresa Tila. “Pero, sin dudas, la comida es la manera más romántica de sumergirse en una cultura”.
Otra manera de conocer un lado diferente de Los Ángeles es hacerlo a través de sus espacios verdes. “Unos de los mejores secretos del área de L.A. es que tiene un gran espacio a cielo abierto para disfrutar”, cuenta Mary Forgione, quien escribe semanalmente en el boletín llamado “The Wild” para el periódico Los Angeles Times. “Es un lugar fabuloso para disfrutar de largas caminatas, nadar o para hacer carreras campo traviesa”.
Mary comenta cuáles son sus lugares favoritos al aire libre, entre los que incluye Griffith Park. “Es el corazón salvaje de L.A., un parque gigante donde se pueden ver coyotes, lechuzas y muchas otras cosas más”, comenta. Mary ama hacer caminatas al atardecer y agarrar el camino de tres a cinco kilómetros hacia el Mount Hollywood o Mount Lee, desde donde se puede divisar el letrero de Hollywood. Una vez en la cima, “uno se encuentra a unos cuantos metros por encima de la ciudad de L.A., por lo que puede observar esta iluminada megalópolis”, se entusiasma Mary. “Es imponente”.
Si quiere contemplar otras vistas así de asombrosas, Mary recomienda tener en cuenta otras opciones como una caminata para admirar el “paisaje marino” por la Península Palos Verdes, ver la Hollyhock House de Frank Lloyd Wright o apreciar las enormes y verdes tortugas marinas de Long Beach. “Si camina por el sendero San Gabriel [River Trail], se pueden observar las cabezas del tamaño de un pomelo que se asoman por la superficie. Les gusta alimentarse de posidonias que y algas, por lo tanto, vienen, buscan comida, y se quedan”.
No muy lejos de allí, los lugareños más experimentados disfrutan de otro tipo de fiesta. Zach Brooks es el gerente general de Smorgasburg Los Angeles, un festival gastronómico a cielo abierto que se realiza diariamente en el centro de Los Ángeles. Como Brooks le explicó a Johnson, el evento que se lleva a cabo los domingos, es un imán gastronómico que, generalmente, cuenta con más de 70 proveedores de comidas e incluye un jardín cervecero que toda la familia puede disfrutar. “Es una muy buena representación de todo lo que L.A. tiene para ofrecer en términos de gastronomía”, amplía Brooks, oferta que empieza con una amplia variedad de tacos. “También, contamos con un vendedor de roti, inspirado en la comida callejera de Trinidad y Tobago. Hay dumplings chinos y pollo grillado filipino. Hay opciones para todos los gustos”.
Aunque duda en catalogar algo como favorito, Brooks ofrece algunos “trucos útiles”: “tomo solo una cosa de un vendedor y lo mezclo con algo de otro vendedor y hago una gran mezcla”, cuenta. “Una vez tomé una langosta grillada de Lobsterdamus, después agarré un burrito de frijoles y queso de Burritos La Palma y comí un burrito de langosta, frijoles y queso”. También recomienda aplicar la técnica del “divide y reinarás”. “Se puede venir con un grupo de personas, hacer que una de ellas busque una mesa y que cada uno traiga una opción distinta”, sugiere. “Después, se reúnen todos nuevamente en la mesa, y comparten todo lo que compraron”.
