La Jelly Belly Factory, que parece un parque infantil, en Fairfield, a casi una hora en auto desde San Francisco por la I-80, es la meca de los dulces. Ofrece visitas autoguiadas de 400 metros de distancia, sobre una plataforma elevada de observación que le permite ver cómo se fabrican los dulces. También puede jugar con muestras interactivas y probar muestras gratuitas, desde caramelos de goma de manzana ácida y de pastel de cumpleaños hasta dulces con sabores enigmáticos, como orina de zorrino y calcetines apestosos. Para disfrutar de una clase maestra de fabricación de dulces, usted puede pagar una tarifa y realizar el recorrido Jelly Belly University, guiado por un "Decano de gomitas". Se colocará una bata blanca de laboratorio, una redecilla y guantes; no se permiten sandalias, chancletas ni tacones altos, para ir tras bambalinas y ver cómo trabajan los maestros confiteros.
Luego de eso, visite el Jelly Belly Café para disfrutar de pizzas con formas de gomita, hamburguesas con formas de gomita, ajo frito y mucho más.