Al mirar esta montaña silenciosa, prácticamente sin árboles, de 10,457 pies/3,187 metros de altura en un cielo azul turquesa, es difícil imaginarse que hace un siglo fue sacudida por violentas erupciones que aplanaron los árboles y devastaron la tierra varias millas a la redonda. Las erupciones del Pico Lassen comenzaron en marzo de 1914, pero la gran devastación no ocurrió sino hasta un año después, con enormes aludes de lodo y nubes humeantes de gases volcánicos. Las erupciones de vapor continuaron hasta 1921.
Uno de los mejores lugares para admirar el Pico Lassen es desde el Lago Helen, que yace justo en su base más allá del mirador Bumpass Hell. Este lago elevado suele tener una capa de nieve y hielo a mitad del verano, lo que le da una tonalidad turquesa glacial. Es un sitio espectacular incluso en años muy secos. Para disfrutar de un buen lugar para hacer picnic, diríjete a la orilla este del lago.
Si optas por escalar el volcán (una escalada enérgica pero no técnica, que niños con mucha energía pueden hacer), debes estar listo para hacerlo acompañado, especialmente los fines de semana de verano.
Comienza temprano por la mañana para evitar el calor, lleva mucha agua y un sombrero para cubrirte del sol. El sendero comienza con una pendiente aparentemente fácil a través de tsugas mertensianas y pinos de corteza blanca, pero se hace más empinado a medida que se deja a los árboles atrás. Llegarás a la primera cima a través de una serie de caminos en zigzag con vistas que dan vértigo. Para visitar el cráter del Lassen propiamente dicho, avanza un poco más hasta la segunda cima del pico.