La playa amplia y las olas listas para salpicar de Santa Cruz siempre son cautivantes. A esto, agréguele una caminata por el colorido muelle que incluye atracciones, juegos y música, ¿cómo podría rechazarlo? No muchos lo hacen. La popular Santa Cruz Boardwalk ha sido un ritual de verano para las familias desde que inauguró en 1907. En la actualidad, todo el muelle es un sitio histórico de California; incluso, dos juegos del lugar han sido declarados puntos de referencia nacionales por sí mismos.
Uno de esos juegos sigue siendo la gran estrella del espectáculo: Giant Dipper, una corpulenta montaña rusa de madera que abrió en 1924 y ha seguido generando gritos, alaridos y ojos cerrados por el susto durante décadas.
Sin embargo, por estos días, no es la única diversión. El muelle también tiene la torre Double Shot de 38 metros de altura, para los amantes de la adrenalina y el terror que deja el corazón en la boca. Para los niños pequeños y quienes les gusten los juegos más dóciles, está el totalmente restaurado carrusel Looff de 1911 (con cabello real de caballos en las colas de los corceles pintados). Los juegos de arcade en interiores ofrecen pista de juegos con pistola láser, minigolf, “skee-ball” e innumerables videojuegos, mientras que las opciones de restaurantes ofrecen funnel cake y salchichas empanizadas, junto con cervezas artesanales regionales en Brews on the Beach.
No se pierda sobrevolar en el funicular Sky Glider, con sus amplias vistas de la playa, los juegos y las montañas de Santa Cruz. Consulte la página de eventos para descubrir actividades especiales divertidas, como autocine y conciertos gratuitos en la playa. Para quedarse más tiempo, reserve un hotel que esté a pocas cuadras de la diversión, como Hotel Paradox en el centro de Santa Cruz o Sea & Sand Inn, cuyas habitaciones tienen vista al mar.
