La hija de Walt Disney, Diane, fundó El Museo de la Familia Walt Disney en el Presidio de San Francisco para explorar la vida, la carrera y la época de su padre. Además, también ofrece una mirada convincente del arte de la animación y de cómo la obra de Disney le ha dado forma a la cultura pop.
Ubicado en un antiguo cuartel en la base militar que se convirtió en parque nacional, el museo de 3716,1 metros cuadrados alberga galerías interactivas, aulas, un cine con temática de Fantasía, una tienda y un café.
El museo está principalmente enfocado en el visionario que estuvo detrás de la institución cultural. “Los visitantes sistemáticamente se impresionan con la experiencia de la historia personal de Walt y, como parte de la experiencia en el museo, permitimos que los visitantes aprovechen la oportunidad de aprender sobre él como hombre y como innovador, en lugar de únicamente mostrarlo como marca”, explica la vocera del museo, Victoria Rainone.
De hecho, hay 10 galerías dedicadas a la vida y obra de Walter Elias Disney, incluidas unas dedicas a su niñez y desarrollo artístico en Missouri; su incipiente estudio de Hollywood en la década de 1930 (y su invención del “guión gráfico”), aparte de proyectos especiales, como sus películas patrióticas durante la Segunda Guerra Mundial y los documentales sobre naturaleza que produjo en la década de 1950.
El museo también cuenta con exhibiciones prolongadas, como las muestras sobre el proceso artístico anterior a la era digital que creó Pinocho o la innovadora colaboración de Disney con Salvador Dalí. También, se ofrecen clases para los visitantes (algunas de solo dos horas, otras intensivas de todo un día) sobre técnica y tecnología de animación, por ejemplo, sobre cómo “animar” la tristeza dibujando los ojos, la boca e, incluso, la forma de la cabeza. En el cine, se hacen proyecciones, como cortos de Winnie the Pooh, películas de larga duración (incluidos clásicos de Disney de acción en vivo, como El profesor distraído) o caricaturas de Disney “extraídas” de los archivos.
Si bien el museo parece, en parte, apuntado a los fanáticos adultos de Disney, los niños que amen el arte también se sentirán atraídos. “Los centros de aprendizaje del museo ofrecen muchas actividades prácticas para los pequeños, además de varias proyecciones de películas clásicas de Disney, con diferentes proyecciones que varían según la semana y el mes”, amplía Rainone. “El objetivo del programa educativo del museo es fomentar las próximas generaciones de talento creativo mientras los inspiramos a aprovechar su imaginación”.