Playas escondidas

Trinidad es lo que sucede cuando los promontorios perfectos para las fotos chocan con un puerto pequeño salpicado de pilares de roca esculpidos por las olas. El territorio costero, uno de los pueblos más bonitos del norte de California, es una excelente base para explorar la costa de Redwood o para permanecer en la zona y descubrir playas inadvertidas. Al lado de la carretera Stagecoach Road, senderos boscosos atraviesan los acantilados de Elk Head, para bajar hasta la apartada College Cove Beach. Túmbate en la arena y disfruta de las impresionantes vistas de Pewetole Island cubierta de árboles y los pilares de roca costeros. En el Parque Estatal Patrick's Point, busca ágatas y piedras lunares pulidas por el mar en Agate Beach; luego, sube a la cima de Wedding Rock. Sin salir de la ciudad, puedes navegar en kayak por Trinidad Bay para ver aves marinas, focas y criaturas de pozas intermareales, o subir a la cima de Trinidad Head para observar ballenas. Luego, recarga energía en Lighthouse Grill con un cono de waffle de puré de papas relleno de tocino y queso. Para el viaje de regreso a casa, llena tu auto de mariscos ahumados pescados con anzuelo de Katy’s Smokehouse.

Conducir sobre el río Eel hasta llegar al idílico Ferndale parece un viaje en el tiempo; el pintoresco pueblo tiene un gran encanto. Las calles están llenas de casas estilo victoriano que tienen, además, torrecillas y molduras. En el siglo XIX, la creciente industria de productos lácteos permitió que los campesinos construyeran gloriosas fincas conocidas como “Butterfat Palaces”. Los visitantes pueden ser sus propios reyes o reinas de los productos lácteos por un día al alojarse en la increíblemente bella Gingerbread Mansion Inn. No te pierdas el servicio de cortesía de té y vino servido por la tarde en el jardín inglés, que está repleto de arbustos con rosas.

En el extremo norte de la remota Lost Coast en California, el área de conservación King Range escribe con grandes letras “magnificencia costera”, con sus picos que se elevan 1,219 metros sobre el nivel del mar. Conoce un poco la región en Mattole River Beach, un paseo por un camino estrecho y sinuoso desde la US 101. La entrada arenosa del río es un lugar ideal para caminar en la playa, con sus dunas movedizas y su reserva de maderas flotantes que siempre se repone. Llegar hasta allí es todo un desafío. Se necesitan 90 minutos para conducir 64 kilómetros desde Ferndale; así que deberías pensar en pasar la noche en el Mattole Campground que posee 14 sitios para acampar. Por la mañana, camina en dirección al sur 5,6 kilómetros hacia el faro abandonado en Punta Gorda. Este faro operó entre 1912 y 1951 advirtiendo a los barcos para que se mantuvieran alejados de esta costa rocosa, pero luego fue reemplazado por una baliza de navegación en alta mar.

A 48 kilómetros al norte de Mendocino, se encuentra la playa estatal Westport Union-Landing, una franja de arena desierta con olas blancaz que se extiende casi 5 kilómetros. El mar es muy agitado y frío como para poder nadar, pero la playa es un hermoso lugar para tomar fotografías de esta romántica escena natural y de las antiguas rocas de la costa; o para dar largas caminatas en búsqueda de tesoros traídos por el mar. Deja tus huellas en la arena durante todo el día, luego arma tu tienda de campaña para pasar la noche. Hay tres campamentos que se ubican en los acantilados, mirando hacia el Pacífico. Todos tienen ubicaciones perfectas para ver la puesta del sol. Durante la primavera y el verano, levántate temprano para ver a los pescadores costeros en el mar, al amanecer. (Si no te gusta acampar, puedes reservar un cuarto en la finca frente al mar del Howard Creek Ranch Inn, donde disfrutarás de un espléndido desayuno y jardines gloriosos).

En el somnoliento Point Arena, el apuro está mal visto y se celebra el disfrutar. En su vía principal, de cinco cuadras de largo, se encuentran una panadería sobresaliente, Franny’s Cup and Saucer, y el club de cena lleno de arte Bird Café, pero la atracción principal es Bowling Ball Beach, a 5,6 kilómetros al sur del pueblo. Revisa la tabla de mareas antes de ir. Durante las mareas muy bajas o extremadamente bajas, camina hacia el norte desde Schooner Gulch State Beach (sigue el sendero del acantilado o camina a lo largo de la playa) menos de un kilómetro y medio para ver un sorprendente conjunto de rocas redondas, formadas por millones de años de erosión. Las "pelotas" extrañamente esféricas son en realidad solidificaciones: conglomerados inusualmente bien cementados que se encuentran en las rocas sedimentarias que forman los acantilados. A lo largo de los eones, la roca circundante más blanda se ha erosionado bajo el ataque constante del Pacífico, lo que ha dejado como resultado estas "bolas de boliche" más duras.

En la costa del condado de Sonoma, verás una playa hermosa detrás de la otra, tantas que es difícil elegir una sola. Para los residentes de Gualala, una de las favoritas locales es Cooks Beach, una playa pequeña con olas gigantes, focas juguetonas y leones marinos nadando en el oleaje (la colonia de leones marinos Fish Rock está al norte de aquí). Esta playa, que admite perros, tiene una confiable luz solar "en forma de banana" y está protegida del frecuente viento costero de la región. Para llegar ahí, dirígete al norte de la ciudad y camina por el sendero Bonham a través de los pinos obispo azotados por el viento, luego baja por la escalera que lleva a los riscos. Con la marea baja, busca tesoros en el pozo de marea y una pequeña cueva en el mar al sur de la caleta. Justo al otro lado de la carretera, duerme profundamente en una de las cabañas estilo ruso de St. Orres. Su arquitectura es un tributo al comercio de pieles del pasado de la costa.

Al norte de San Francisco se encuentra Marin Headlands, una espectacular extensión de tierra costera que forma parte del Área Recreativa Nacional Golden Gate. A pesar de la proximidad con la ciudad, esta tierra es salvaje e impactante con acantilados agudos y empinados, y laderas cubiertas de chaparrales. Conduce por la serpenteante Conzelman Road hasta el inicio del sendero hacia Kirby Cove, uno de los mejores lugares para fotografiar el Puente Golden Gate, la amada maravilla de la ingeniería y emblemática obra de arte de San Francisco. Una caminata de 1,6 kilómetros te lleva a una espectacular ensenada donde deslumbra el horizonte de San Francisco y resplandece el maravilloso puente, a la espera de que le tomes una fotografía y la publiques. Planea con mucha anticipación para reservar un lugar para acampar (solo hay cinco) y pases la noche allí. Mientras estás en Headlands, visita el Faro de Point Bonita, al que se accede a través de un puente peatonal suspendido, o visita Marine Mammal Center y ve cómo curan y devuelven a la naturaleza focas y leones marinos heridos.

Al sur de San Francisco se encuentra la accidentada y salvaje costa de San Mateo, donde se puede acceder a decenas de playas solo caminando. Las colinas golpeadas por el viento están coronados con terrazas cubiertas de hierba, donde acantilados de arenisca caen de manera abrupta en el océano. Cerca del centro de la Bahía Half Moon una caminata de 800 metros lleva a la apartada caleta en Cowell Ranch State Beach, una unión increíblemente hermosa entre la arena y el mar. Admira la playa desde arriba o baja las escaleras para hacer unos cuantos castillos de arena. Cuando ya te hayas cansado del aire salado, dirígete a Main Street en la Bahía Half Moon (también conocida como la “capital mundial de la calabaza”) y elige entre pescado con papas fritas en Flying Fish Grill, y salchichas y cervezas en Sacrilege Brewing.

Kilómetros de campos con plantaciones de repollos de Bruselas rodean los dos lados de la carretera al norte de la vibrante ciudad de Santa Cruz. Deténte en el Parque Estatal Wilder Ranch para hacer un paseo de casi 2 kilómetros por los acantilados costeros, pasando por olas estrepitosas y observando las aves marinas que se zambullen al mar. Sigue el sendero Old Landing Cove hacia el sendero de los acantilados Ohlone y Fern Grotto Beach, donde hay una cueva oculta cubierta de helechos que se alimenta de un manantial subterráneo. Deja un poco de tiempo extra para recorrer los edificios históricos del parque; entre ellos una masía de 1859 con reminiscencias griegas, un edificio de 1897 estilo victoriano de la reina Ana y varios establos y dependencias lecheras. Los amantes del ciclismo de montaña encontrarán el nirvana en Wilder Ranch recorriendo los 56 kilómetros de caminos montuosos de un solo sentido en el lado este de Highway 1.